Relata la relación entre dos presos que conviven en una misma celda, uno político y otro homosexual. El primero, Valentín, está retenido e incomunicado con el exterior por subversión social. Molina, por su parte, es un hombre mayor acusado de corromper a un menor de edad. Molina y Valentín construyen una relación en esta situación de encierro en donde la soledad compartida, la tensión entre el anhelo del otro y el rechazo, la solidaridad y las diferencias retan las propias personalidades y se revelan como una importante posibilidad afectiva.
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